Una de las consultas que más recibimos, es preguntas acerca del proceso de compra venta de una clínica veterinaria. Si bien, cada caso es distinto. Hay unas pautas comunes que debéis tener.
- Preparar bien la documentación e implicarse en el proceso.
- Tener paciencia para enfrentarse a un proceso largo.
- Responder con sinceridad, luego todo se sabe.
- Valoraciones serias: Prepararnos para una auditoría.
- Revisar bien el contrato de compra-venta y dejar clara la vinculación futura.
- Los impuestos no son culpa del que compra.
- Preparar bien la documentación: Parace una “chorrada” pero no os imagináis la cantidad de problemas que esto nos da. La mayoría de veces nos derivais a vuestras gestorías. Eso no es suficiente, debéis implicaros en la preparación de la documentación y responder a todas las dudas que surjan en este proceso. Debéis mediar de forma eficaz entre el comprador y la gestoría o entre el profesional que va a veneros la clínica y la gestoría. Es muy desesperante que el veterinario te remita a su gestor y espere que le vendas la clínica “rapidito”, por “una pasta” y “sin hacer nada”. Como cualquier compra-venta, requiere seriedad y mucho trabajo, no estamos hablando de cantidades económicas pequeñas y debéis estar implicados en todo el proceso.
- Tener paciencia en el proceso. Una clínica veterinaria no es un piso, un chalet o un coche. Ni hay tanta demanda ni es un bien de primera necesidad, ni es un bien que nos facilite el transporte, la habitabilidad, etc. Una clínica es un negocio o una empresa. Y por tanto estamos en un terreno diferente. Este proceso puede ser muy largo, de meses o años. Así que si queréis vender vuestra clínica, preparad el terreno con tiempo y armaros de paciencia, porque el que compra quiere saber bien qué está comprando. Y va a haceros muchas preguntas, va a pediros muchos números, no seréis la única clínica que esté valorando, y por tanto mientras más paciencia tengáis, más diligencia en enviar la información y más rápido el flujo de información, mejor.
- Responded con sinceridad, luego todo se sabe. Si hay algún tema que aclarar, si hay diferencia entre los ingresos reales y los declarados, si hay un trabajador problemático, si hay juicios pendientes, etc, etc. Debéis dar toda información que sea relevante. Por de no hacerlo, al final se descubrirá igualmente, perderéis credibilidad, el precio de la venta se verá afectado negativamente y podéis incluso perder el comprador.
- Valoraciones serias: prepararos para una auditoría. Este tema es el que más frecuentemente me encuentro. La valoración económica que hagáis de vuestra clínica debe ser seria. La debe hacer un profesional que conozca el sector y en base a criterios válidos. No me vale, la facturación anual bruta de IVA así porque sí. Y cosas peores que me he encontrado. La valoración tiene que ajustarse a la realidad del mercado y sobretodo, debe estar contrastada y justificada. Porque un valor bien justificado es defendible, y se puede negociar bien. Un valor arbitrario, es indefendible. Sobre todo cuando revisen las cuentas (auditoría) y vean que el precio que le he puesto a mi clínica ha sido completamente subjetivo.
- Revisad bien el contrato y la vinculación futura: fundamental, si no sabéis hacerlo, que os lo hagan. Hay que saber lo que se firma, porqué se firma, que vinculación tendré desde la venta de mi clínica, si me voy a quedar como trabajador y qué salario percibiré y qué funciones tendré. Cuándo me van a pagar, si todo o una parte, bajo qué condiciones, etc. Todo esto es fundamental tenerlo meridiano.
- Los impuestos no son culpa del que compra. ¡Ay amigos!, Hacienda. Hacienda espera siempre al final de una operación cualquiera, y de esta también. Pero ojo, los impuestos son el resultado de vuestra gestión fiscal y vuestra planificación financiera.- Dicho de otra forma. No es culpa del que os compra, es culpa vuestra si no os habéis preocupado de buscar la mejor forma de, legalmente y respetando las normas, buscar qué os interesa más y cómo tributaréis por la venta. Hemos visto muchas operaciones que se “caen” no se cierran por este tema. Pero esto no es culpa del comprador; si no del vendedor que no se ha preocupado suficientemente de buscar la mejor fiscalidad dentro de la legalidad vigente. Y no podéis pretender que el comprador pague vuestra falta de planificación al igual que vuestros trabajadores no pueden pretender que absorbáis el coste de sus impuestos en la nómina. (Aquello de, jefe es que me retienen mucho y yo quiero la subida de sueldo sobre lo que me llega a mí a la cuenta no sobre el bruto).
Por tanto si estáis planificando vender vuestra clínica veterinaria acudid a profesionales que os ayuden con la valoración, la búsqueda de compradores, la preparación de la documentación, el contrato de compraventa y la fiscalidad. Un gestor genérico no es suficiente. Un gestor no es un fiscalista, ni conoce nuestro sector. El gestor es un apoyo para proporcionarnos nuestra información tributaria y fiscal que es necesaria para la compra-venta, pero no es un mediador de compra-venta.